¡La inflación es algo que todos conocemos bien!
La palabra inflación se refiere al aumento de los precios de los productos que compramos y los servicios que usamos en un periodo de tiempo determinado. Para medirla, se puede utilizar el IPC (Índice de Precios al Consumo), que el INE (Instituto Nacional de Estadística) publica cada mes, dividiendo los productos y servicios en diferentes 12 categorías:
Bebidas alcohólicas y tabaco
Alimentos y bebidas no alcohólicas
Vivienda (Alojamiento)
Vestimenta y calzado
Menaje
Salud
Transporte
Comunicaciones
Educación
Ocio y cultura
Hoteles, cafés y restaurantes
Otros bienes y servicios
Pero si queremos tener una idea más precisa de cuánto suben los precios en nuestro día a día, los expertos hablan de otro concepto: la inflación subyacente. Aquí, te contamos qué es, cómo se calcula y en qué se diferencia de la inflación general.
¿Qué es la inflación subyacente?
La inflación subyacente es un indicador más preciso que la inflación general, ya que refleja los cambios en los precios a corto y mediano plazo de una manera más estable. La evolución de los precios de los bienes puede afectar la inflación subyacente. La inflación subyacente es un indicador más preciso que la inflación general, ya que refleja los cambios en los precios a corto y mediano plazo de una manera más estable. También hay que considerar la volatilidad de los diferentes mercados.
La evolución de los precios pueden afectar la inflación subyacente, pero este indicador excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, que tienden a experimentar fluctuaciones significativas debido a factores estacionales o geopolíticos.
Al centrarse en precios más estables, la inflación subyacente permite a los economistas y responsables de políticas monetarias tener una visión más clara de las tendencias inflacionarias subyacentes en la economía. Esto es muy importante para la toma de decisiones en materia de el ámbito monetario, ya que proporciona una base más sólida para evaluar si se necesitan ajustes en las tasas de interés o en otras medidas económicas de un país.
Además, la inflación subyacente puede ser un mejor predictor de la inflación futura. Cuando se observa un aumento sostenido en la inflación subyacente, eso puede ser una señal de que la economía está experimentando presiones inflacionarias que podrían llevar a una inflación general más alta en el futuro. Por el contrario, una disminución en la inflación subyacente puede indicar una desaceleración económica o una disminución en la demanda de bienes y servicios.
En otras palabras, aunque la inflación general es un índice importante, la inflación subyacente ofrece una visión más matizada y útil para entender la dinámica de precios en la economía y ayudar a formular políticas efectivas para mantener la estabilidad económica.
¿Qué se considera al calcular la inflación subyacente?
Se excluyen los productos más volátiles al calcular la inflación subyacente, es decir, aquellos cuyos precios pueden fluctuar más fácilmente, como los alimentos frescos (frutas, verduras), precios de la energía (gas, electricidad) y los combustibles. En cambio, se toman en cuenta productos y servicios como el transporte, la vivienda, las telecomunicaciones, el ocio y la cultura.
¿Qué otros aspectos mide la inflación subyacente?
Además de mostrarnos cómo aumenta el costo de vida, la inflación subyacente nos permite evaluar el impacto de las políticas monetarias de un país. Al excluir factores temporales que podrían tergiversar los resultados, ofrece una visión más clara y fiable del comportamiento económico a lo largo del tiempo.
¿Qué otros aspectos se miden con la inflación subyacente?
La inflación subyacente no solo nos ayuda a entender cómo sube el costo de la vida, sino que también permite evaluar el éxito de las políticas monetarias de un país. Al dejar fuera los factores temporales que pueden distorsionar los resultados, ofrece una imagen más clara y precisa de la situación económica.
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